El packaging es mucho más que el envase del producto: es su carta de presentación.
Muchas empresas todavía siguen pensando que su razón de ser es proteger al producto desde que sale de la fábrica, hasta que llega al punto de distribución y evita cualquier daño cuando se coloca en los estantes de los establecimientos.
Aunque esto es cierto, también está muy relacionado con la estrategia de marketing de la empresa. Si el packaging de un producto es original y atractivo, será más fácil que el cliente lo detecte y que finalmente lo termine comprando.
Por otra parte, el packaging también tiene la misión de dar al cliente la información que se necesita sobre el producto (por ejemplo, informa de los ingredientes, propiedades nutricionales o conservación si se tratase de un comestible).
De aquí la importancia de contratar a una empresa de packaging especializada, que se encargue de dar forma al envase dependiendo de cada producto y empresa.
Para ayudarte a comprender mejor el concepto, vamos a hacer un repaso a la evolución del packaging en la historia.
¿Cómo ha evolucionado el packaging hasta nuestros días?
Aunque parezca increíble, para empezar a hablar este concepto nos tenemos que ir hasta hace 10.000 años en el tiempo. En pleno paleolítico, los cazadores necesitaban materiales para conservar alimentos y bienes. Entonces se utilizaban materiales que se extraían directamente de la naturaleza, así como pieles y vejigas que se obtenían de los animales.
Alrededor del año 5000 a.C. también podemos hablar de packaging en la producción del vino. Este producto se comercializaba por aquel entonces en un ánfora de arcilla, con la particularidad de que conservaba muy bien el producto, además de ser muy resistente y económico de fabricar.
Sobre el siglo III, el ánfora fue sustituida por el barril de madera, recipiente que todavía usamos en nuestros días.
En el siglo XVII aparece el vidrio y este material cambia por completo la historia del packaging. Este recipiente tenía el tamaño perfecto para que el consumidor lo pudiera consumir con facilidad, sin tener que comprar grandes barriles. Además, conservaba mejor el producto.
Con la revolución industrial encontramos una gran evolución de este concepto. Empiezan a aparecer los tarros de cristal en donde empezarían a conservarse diferentes alimentos, como la mermelada.
En el año 1890 se inventaría la primera caja de cartón y a partir de 1930 empieza una auténtica guerra de packaging vinculada a las nuevas técnicas de impresión. El consumidor buscaba un packaging de mayor calidad y las empresas asumieron el reto.
¿Cómo es el packaging en la actualidad?
Como te puedes imaginar, el packaging es mucho más importante que nunca. Probablemente, si no es demasiado atractivo, el cliente se terminará decantando por otro producto.
Nos fijamos mucho en la información contenida en el mismo, y damos mucha importancia a aquellos formatos que sean manejables, ligeros y compactos.
Las nuevas tecnologías permiten conseguir trabajar con una mayor calidad y con un nivel de detalle óptimo, adaptándose a las exigencias del consumidor del momento.
En definitiva, el packaging ha recorrido un amplio recorrido hasta llegar a nuestros tiempos, pero todavía tiene mucho camino por delante.